Concierto “La Música Transforma” emocionó a un Teatro Municipal repleto de jóvenes
SANTIAGO, 08 de junio de 2025.–
El pasado domingo 8 de junio, a mediodía, el Teatro Municipal de Santiago vivió un momento de gran intensidad artística con la presentación de la Orquesta de Cámara del Municipal, integrada por 23 jóvenes becarios de la Corporación Amigos del Municipal y dirigida por la maestra Alejandra Urrutia. La sala principal contó con una significativa presencia de público juvenil, en una jornada que reafirmó el poder transformador de la música clásica.
Bajo el título “La Música Transforma”, el concierto ofreció un programa de alto impacto emocional, con obras que abordan temas tan universales como el cambio, la pérdida y la esperanza. El repertorio incluyó Metamorfosis, de Richard Strauss —una pieza para 23 cuerdas solistas escrita hacia el final de la Segunda Guerra Mundial— y La Muerte y la Doncella, de Franz Schubert, presentada en versión para orquesta de cuerdas.
La presentación fue realizada en memoria de Rodolfo Saglimbeni, destacado director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y figura clave en la vida musical del país, quien falleció recientemente. La maestra Urrutia destacó que “Saglimbeni fue una influencia profunda para nuevas generaciones de músicos y una figura central en iniciativas como el Hub de Directoras, promoviendo el liderazgo femenino en la música sinfónica”.
María Eliana Simian, presidenta de la Corporación Amigos del Teatro Municipal, dio inicio al concierto valorando el compromiso cultural detrás de esta formación orquestal: “Esta orquesta, integrada por 23 jóvenes músicos becados, es una prueba viva del talento, la disciplina y la pasión que florecen cuando el arte cuenta con el respaldo de una comunidad comprometida”.
En tanto, Urrutia entregó claves interpretativas al público, subrayando el trasfondo histórico y existencial de ambas obras. En particular, explicó que Metamorfosis fue compuesta por Strauss en 1944, impactado por la Segunda Guerra Mundial, lo que dota a la obra de una atmósfera profundamente doliente, pero también contemplativa y esperanzadora. Sobre La Muerte y la Doncella, destacó que fue escrita en 1817 por Franz Schubert en una época en que los niños enfrentaban una alta vulnerabilidad, y que su dramatismo emerge del contraste entre la vida y la muerte.
El concierto no solo fue una experiencia artística de primer nivel, sino también una apuesta clara por acercar la música clásica a nuevas generaciones. La emotividad del programa, la entrega de los músicos y la conexión directa con el público posicionan a esta joven orquesta como un puente entre la tradición musical y los desafíos del presente.



