
¿Cómo te acercaste a la música?
Mi padre me enseñó desde chiquitito, él tocaba guitarra popular, siempre hubo música en la casa. Comencé en la música clásica, apenas apareció una orquesta infantil en Los Andes, yo soy de Los Andes, nos inscribió por el 2007, cuando tenía 7 años.
¿Por qué elegiste tu instrumento?
Yo toco clarinete. Fue un viaje bien divertido, partí tocando violín, cuando muy chiquitito a los 7 años, luego de un tiempo no me gustó, quería cambiarme a fagot, pero era muy chiquitito, mis manos no alcanzaban el instrumento, entonces no pude tocar fagot y en ese momento había un clarinete disponible, lo probé, sonó inmediatamente y me llevé el clarinete para la casa para probarlo y ahí toqué clarinete. Luego también toqué oboe un ratito, me cambié del clarinete, me fui del clarinete y luego para un viaje que hizo mi padre a Perú, me compró de regalo un clarinete muy barato y me devolví al clarinete del oboe y el resto fue continuar no más y no paré. Desde entonces no paré, pero no fue algo que escogí, como que me escogió un poco el instrumento.
¿Qué crees que puede aportar la música?
La música clásica, la que nosotros hacemos, creo que puede aportar una reconexión con lo profundamente humano. Y una distracción de las distracciones, del tumulto, de las redes sociales, una vuelta a casa a ese arte tan íntimo para nosotros que es la música. Ahora, respecto al ámbito social, yo mismo viví como todos los proyectos que hay a lo largo de Chile de orquestas infantiles, tanto FOGI como otros, colegios artísticos y demás, aportaron al crecimiento y desarrollo de mucha juventud y de muchos que ahora son compañeros míos, profesionales en la música, y otra gente que vivió una experiencia absolutamente enriquecedora a lo largo de los años que estudiaron el instrumento, incluso aunque ya no lo toquen. He visto cómo eso ha afectado muy positivamente al enfoque de mucha gente en lo que de verdad les gusta, quizás es una forma de conocerse a uno mismo, de ganar disciplina, y creo que es fundamental en la educación de todos, de cualquier persona, ojalá.